Dedicando nuevamente mi vida a Dios.

Al comenzar el nuevo año 2025, recuerdo la inmensa gracia que Dios ha derramado en mi vida. Es una pena que, a pesar de su amor y misericordia inquebrantables, a menudo me haya encontrado lejos de Él. Los atractivos del mundo cautivaron mi atención, dejando mi corazón vacío y solo. Sin embargo, le agradezco a Dios por las circunstancias que me han llevado de regreso a mi primer amor: Jesucristo.

En 2 Corintios 5:17 está escrito: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; lo viejo pasó, he aquí he aquí lo nuevo". He llegado a darme cuenta de que mi propósito principal en la vida es agradar y glorificar a Dios. Sin embargo, mis ambiciones mundanas me habían descarriado, y Dios tuvo que quebrantarme para renovar mi espíritu y recordarme mi propósito.

A través de esta experiencia, he adquirido una comprensión más profunda de que nuestras vidas en la tierra son temporales y sirven como un puente hacia la vida eterna y la paz. Como dice 1 Juan 2:17: “El mundo y sus deseos pasan, pero el que hace la voluntad de Dios vive para siempre”. Reconozco que para vivir una vida que honre a Dios, debo esforzarme por vivir en santidad y creer verdaderamente en Jesucristo y aceptarlo como mi Señor y Salvador.

A menudo me he encontrado pensando en errores y remordimientos pasados. Sin embargo, he llegado a comprender que mi pasado ha sido lavado por la sangre de Jesucristo. Como dice Romanos 8:1-2: “Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús, porque por medio de él la ley del Espíritu que da vida me ha librado de la ley del pecado y de la muerte”.

Al pie de la cruz, he tomado la decisión de ser crucificado con Jesús, reconociendo que para vivir en la gracia de Dios, debo morir a mi vieja yo. Como dice Gálatas 2:20: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”.

Al entregar mi voluntad a Dios, oro para que Él me guíe y me mantenga encadenado a Su diestra. Reconozco que mis decisiones han sido influenciadas por el mundo, y deseo seguir la voluntad de Dios y vivir en la paz que solo Él puede brindar.

Para terminar, ofrezco esta oración: Padre Celestial, vengo a Ti con un corazón humilde, buscando volver a dedicarte mi vida. Ayúdame a mantenerme enfocado en Ti y a vivir una vida que te honre y te glorifique. En el nombre de Jesús, oro. Amén.

—MC©️

#Faith2bStrongOnPurpose

Comments