El Poder de la Redención: Dejar Atrás el Pasado.

Recientemente, cuando revisé algunas publicaciones antiguas de Facebook, me impresionó el camino que he recorrido. Publicaciones de dolor, felicidad y depresión, cada una de ellas un recordatorio de las luchas que he enfrentado y el crecimiento que he experimentado. Pero al reflexionar sobre estos recuerdos, recordé una verdad crucial: mi pasado no me define.

Como cristianos, a menudo nos sentimos tentados a detenernos en nuestros errores y fracasos pasados. Podemos sentirnos atormentados por los fantasmas de nuestro antiguo yo y luchar por liberarnos de las cadenas de la vergüenza y el arrepentimiento. Pero la Biblia nos dice que no estamos atados a nuestro pasado. En 2 Corintios 5:17, leemos: "De modo que si alguno está en Cristo, es una nueva creación: lo viejo pasó, he aquí lo nuevo".

Este versículo nos recuerda que, en Cristo, somos nuevas creaciones. Nuestro antiguo yo, con todos sus defectos y fracasos, ha desaparecido. Hemos sido redimidos, perdonados y transformados por el poder de la cruz. Como escribe el apóstol Pablo en Romanos 6:4: “Porque fuimos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva”.

Pero, ¿cómo vivimos esta nueva vida? ¿Cómo dejamos atrás nuestro pasado y caminamos en la libertad y el poder del evangelio? La respuesta está en el fruto del Espíritu. En Gálatas 5:22-23 leemos: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza”.

Estas cualidades no son cosas que podamos fabricar por nuestra cuenta, sino que son el resultado natural de la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas. A medida que nos rendimos a la dirección del Espíritu, Él hace crecer este fruto en nosotros, uno por uno. No tenemos que esforzarnos por conseguir amor, gozo y paz con nuestras propias fuerzas. En cambio, podemos confiar en que el Espíritu produzca estas cualidades en nosotros.

Al mirar mis antiguas publicaciones en Facebook, me di cuenta de que estaba tratando de producir el Fruto del Espíritu por mi cuenta. Estaba luchando por la felicidad, la paz y el amor, pero lo estaba haciendo con mis propias fuerzas. Estaba tratando de fabricar estas cualidades, en lugar de confiar en que el Espíritu las produjera en mí.

Pero ahora, veo las cosas de manera diferente. Entiendo que mi pasado no me define. Soy una nueva creación en Cristo y he sido redimida por el poder de la cruz. No tengo que detenerme en mis errores y fracasos pasados. En cambio, puedo confiar en que el Espíritu produzca el Fruto del Espíritu en mí, uno por uno.

Al comenzar esta nueva semana, elijo centrarme en el presente y dejar atrás el pasado. Confío en que el Espíritu me guíe, me guíe y produzca el Fruto del Espíritu en mí. Estoy caminando en la libertad y el poder del evangelio, y estoy viviendo como una nueva creación en Cristo.

Padre celestial, perdóname por quedarme en el pasado. Gracias por limpiarme con la sangre de Jesús. Ayúdame a mantenerme centrado en tu Palabra y en el don de la salvación. Guarda mi corazón y mi mente, y mantenme centrado en tu honor y gloria.

En el nombre de Jesús, te lo pido. Amén.

—MC©️

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