El Poder de tener amistades centradas en el Amor de Dios en tiempos difíciles.

La vida está llena de giros inesperados. Nacemos en familias que no elegimos y, si bien el amor familiar puede ser un bálsamo poderoso para nuestro corazón, hay momentos en que la distancia es necesaria para nuestro bienestar espiritual. A medida que navegamos por este mundo complejo, los amigos pueden convertirse en una especie de familia que nos brinde apoyo, aliento y fortaleza en tiempos de necesidad.

En mi propia vida, he experimentado los desafíos de vivir en un mundo donde el enemigo busca apoderarse de mí con miedo, ansiedad y dudas. Pero he aprendido que no estoy solo en esta batalla. Dios ha puesto en mi vida personas que se han convertido en guerreros poderosos que luchan a mi lado contra las fuerzas de la oscuridad.

Al reflexionar sobre la importancia de estas amistades, recuerdo la vida del rey David. En 1 Crónicas 11 y 12, leemos acerca de los hombres que se unieron a David, lo apoyaron en sus batallas y le brindaron fortaleza y aliento. Estos hombres, entre ellos Joseb-Bassebet, Eleazar hijo de Dodai y Sama hijo de Agee, eran más que simples compañeros leales: eran guerreros poderosos que lucharon valientemente junto a David, motivados por su amor a Dios y su amistad con David.

Al leer sobre estos hombres, me sorprenden las cualidades que los convirtieron en amigos tan valiosos para David. Eran leales, valientes y desinteresados, dispuestos a arriesgar sus vidas por el bien de su amigo y su rey. No lucharon por ganancias personales ni por reconocimiento, sino únicamente por su amor a Dios y su compromiso con David.

En mi propia vida, he sido bendecida con amigos que encarnan estas mismas cualidades. Son mis guerreros poderosos, que luchan junto a mí en las batallas que enfrento. Me brindan fuerza, aliento y apoyo, y me recuerdan la presencia y el poder de Dios en mi vida.

Como escribió el apóstol Pablo en Efesios 6:12: “Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de este mundo de tinieblas, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales”. Estamos en una batalla espiritual y necesitamos amigos que luchen a nuestro lado, alentándonos a permanecer fuertes en nuestra fe y a mantener nuestros ojos fijos en Dios.

Al mirar hacia el año que viene, estoy agradecidos por los amigos que Dios ha puesto en mi vida. Recuerdo que no estoy sola en esta batalla y que con amigos como estos puedo enfrentar cualquier desafío que se me presente. Que todos seamos bendecidos con amigos que luchen a nuestro lado y que seamos ese tipo de amigos para los demás, brindándoles fortaleza, aliento y apoyo en tiempos de necesidad.

—MC©️

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