Encontrar paz en medio del sufrimiento.

Mientras estaba en la cama, debilitada por la bronquitis, no pude evitar sentirme abrumada. Mi cuerpo físico luchaba por lidiar con la tos, los estornudos y los mareos constantes. Pero era mi salud mental la que estaba pasando factura. La ansiedad y el miedo se habían apoderado de mí, amenazando con consumirme.

En ese momento de desesperación, clamé a Dios, buscando paz y calma. Y fue entonces cuando Él me dirigió a 2 Samuel 22, donde David declara: "El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi salvación; mi Dios es mi roca, en quien encuentro protección" (2 Samuel 22:2-3). Estas palabras trajeron consuelo a mi alma, recordándome que Dios siempre está conmigo, incluso en medio del sufrimiento.

Es fácil olvidar esta verdad cuando nos enfrentamos a desafíos. Tendemos a confiar en nuestro propio entendimiento, buscando respuestas en nuestras circunstancias. Nos preocupamos por nuestras finanzas, nuestras relaciones y nuestra salud, pero las palabras de David nos recuerdan que Dios es nuestra verdadera fuente de fortaleza, esperanza y protección.

Al reflexionar sobre esta verdad, me di cuenta de que había estado confiando demasiado en mis propias habilidades. Había estado tratando de controlar mis circunstancias, en lugar de confiar en la soberanía de Dios. Pero el ejemplo de David nos muestra que la verdadera paz y alegría provienen de confiar en la fidelidad de Dios, incluso cuando nuestras circunstancias parecen abrumadoras.

Como nos recuerda el apóstol Pablo: “Dios no nos dio un espíritu de cobardía, sino de poder y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7). No tenemos que dejarnos controlar por la ansiedad y el temor. En cambio, podemos confiar en el poder y la provisión de Dios, sabiendo que Él siempre está con nosotros.

Al final, no se trata de nuestras circunstancias, sino de nuestra confianza en Dios. Como declara David: “¡Cuán grande es mi Dios, que abre los cielos y desciende para salvarme!” (2 Samuel 22:47-51). Que, como David, aprendamos a confiar en la grandeza de Dios, incluso en medio del sufrimiento, y que encontremos paz y alegría en su presencia.

—MC©️

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