La Fe y la Confianza en Dios: La Historia de Gedeón.

Hoy, mientras estudiaba la Biblia, Dios decidió hablarme a través del libro de Jueces, específicamente a través de la historia de Gedeón. En mi camino de fe y crecimiento en la confianza en Dios, me parece fascinante cómo Él tiene todo planeado en nuestras vidas para que le demos honor y gloria.

Sin embargo, como seres humanos, es increíble cómo, a pesar de vivir en su gracia, todavía dudamos. Me parece asombroso la forma en que Dios trabajó con la fe de Gedeón para que confiara en su voluntad. Al comparar las probabilidades de Gedeón con el plan de Dios, es comprensible que tendamos a ser más cautelosos. Sin embargo, Dios es muy específico sobre sus planes y su voluntad en nuestras vidas.

Gedeón fue llamado a llevar a Israel a la victoria, pero como mencioné, sus ojos estaban puestos en las probabilidades del futuro. Lo mismo sucede con nosotros cuando Dios nos dice que vayamos en una dirección que ya ha diseñado para ayudarnos, pero estamos indecisos sobre tomar la delantera porque miramos los obstáculos que se avecinan y nos juzgamos a nosotros mismos como no lo suficientemente fuertes o inteligentes para hacer el trabajo. A veces, buscamos ayuda y esperamos ayuda de otros, pero Dios siempre dice: "No, esto es para ti solo, para darme gloria y honor".

Él elimina a las personas, los instrumentos en los que ponemos nuestra esperanza para hacer el trabajo, y nos da solo lo suficiente para caminar en su plan y ganar la victoria. A pesar de que nuestra mente nos dice que no podemos, el Espíritu Santo toma la delantera y asegura que hagamos el trabajo con solo la gracia de Dios.

Esta historia del libro de Jueces me ha hecho reflexionar y entender que toda mi confianza debe y debe ser solo en Dios, porque Él es el Gran Yo Soy y el que sabe mejor que yo. Y cuando mi alma y mi espíritu se alinean con el plan de Dios, viviré con completa confianza de que su Espíritu vive en mí.

Padre celestial, desde hoy, he estado dudando de tu voluntad en mi vida. Ahora entiendo que una vez que dejo que mi alma sea guiada por tu gracia, mi espíritu te seguirá y tendrá plena confianza de que tú sostienes el plan y el propósito de mi vida en tus manos. Padre, oro hoy para que tu voluntad se haga en mi vida y estoy agradecido por todo lo que has hecho en mi vida. Confío en que todo lo que tienes para mí en tu plan es para mi bien, para que te dé honor y gloria.

Vengo con un corazón abierto y oro y doy gracias al Amor de mi alma, tu Hijo Jesucristo, que vive en mí desde el momento en que lo acepté como mi Señor y Salvador. Te amo, Dios. Oro en el nombre de Jesús. Amén.

—MC©️

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