Descubriendo el verdadero amor en Jesús.

Mientras me preparo para entrar en la casa del SEÑOR este Domingo, mi corazón rebosa de emoción y gratitud. Mi camino ha estado marcado por luchas y confusión, pero es en estos momentos más oscuros que descubrí mi único y verdadero amor: Jesucristo.

En un mundo donde la búsqueda del amor romántico puede consumir todo, me encontré atrapada en la idea de que una pareja era la clave para completarme. Sin embargo, mientras navegaba por los desafíos de estar soltera, comencé a darme cuenta de que el verdadero amor y la satisfacción vienen solo de Jesús. Él es más que mi Salvador; es mi compañero constante, mi amigo y el amor que mi alma anhela.

En nuestra búsqueda de conexión humana, es fácil perder de vista nuestro propósito principal: amar y glorificar a Dios. Fuimos creados a Su imagen, diseñados para brindarle placer y alegría. Sin embargo, en nuestra búsqueda de amor y aceptación, a menudo priorizamos encontrar nuestra "otra mitad" por sobre cultivar una relación profunda y duradera con Jesús.

Yo también estuve atrapada en esta mentalidad. Sentí un vacío en el corazón y me encontré buscando la validación en relaciones pasajeras. Pero cuando clamé a Dios para que me guiara, Él me planteó una pregunta profunda: "¿Eres la mujer adecuada para mi hijo?" En ese momento, me di cuenta de que mi enfoque estaba mal enfocado. Había estado buscando amor y satisfacción en los lugares equivocados.

Cuando volví mi atención a Jesús, descubrí un amor que sobrepasaba todo entendimiento humano. Su amor es suficiente para llenar mi corazón, alma y espíritu. Enciende un fuego dentro de mí, que me capacita para vivir en el mundo sin que este me defina. Jesús es suficiente; Él es mi todo.

Con cada día que pasa, mi amor por Jesús crece. Me siento humilde por su paciencia y bondad hacia mí. Su sacrificio en el Calvario me abrió los ojos al verdadero significado de la vida: amarlo y glorificarlo. Mi corazón, que antes era propenso a vagar, ahora late únicamente por Jesús.

Mi corazón y mi mente están en paz. Llenos del amor y la gracia de Jesús. Y encontré descanso en la Gloria de Dios, porque Él es quien sostiene mi corazón y en el momento adecuado, Él traerá a Su hijo hacia mí, Su hija.

Señor Jesús, te amo más cada día que pasa. Gracias por Tu amor inquebrantable, Tu compañía y Tu gracia. Que pueda seguir corriendo tras de Ti, buscando Tu corazón por sobre todas las cosas. En Tu santo Nombre, doy honor y alabanza al Padre. Amén.

—MC©️

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